Después de las aventuras de la 1, la 2 y “The Avengers” nuestro queridísimo Tony Stark sufre de un severo caso de insomnia y se dedica a experimentar con sus trajes. Tony mantiene una relación sentimental (un tanto disfuncional) con Pepper, quien es ahora la CEO de Stark Enterprises. La idea central/moraleja es que uno mismo se crea sus propios demonios, a veces sin intención alguna pero igual años después los que alguna vez fueron extraños o incluso amigos vuelven a tu vida en otro papel. Sin decir mucho, ya que en eso esta el meollo del asunto, Iron Man se enfrenta ahora al elusivo “Mandarin” a quien nadie parece encontrar y quien ha sido responsable de una serie de actos terroristas. La peli como siempre es interesante porque Tony no es un súper héroe perfecto, como Superman, sino un hombre bastante interesante que tiene demonios interiores muy poderosos y que no siempre toma las mejores decisiones. Es, como me dijo algún amigo hace no mucho tiempo; el Batman de Marvel, cuyos poderes principales son su ingenio y su dinero. Tenemos esta vez en el elenco, además del brillante Robert Downey Jr. y la siempre elegante Gwyneth Pattrow a Ben Kingsley; generalmente famoso por roles mucho más serios que este lo que lo hace perfecto para este papel y a Guy Pearce; interpretando al usual villano loco/brillante. Le doy “vela en el cine” y te recomiendo que te quedes al final de los créditos a disfrutar de una escena extra bastante chistosa.
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