El detective McClane
se toma unas merecidas vacaciones para averiguar qué ha sucedido con su hijo
mayor en Rusia. Aparentemente Jack McClane. (interpretado por el novato actor
Jai Courtney) ha sido acusado de matar a alguien. John y Jack. no tienen exactamente la mejor
relación padre-hijo pero eso no quita que John viaje al otro lado del mundo a
tratar de salvar a su hijito. Jack por otro lado es agente de la CIA y se ha
infiltrado en uno de los juicios más importantes de Rusia para tratar de salvar
a Komarov, un criminal reformado que se encuentra en la cárcel y que ha
desarrollado un cargo de consciencia después de su participación en el desastre
de Chernobyl. John, sin quererlo ni temerlo, frustra los planes de escape de su
hijito, lo que deja a Jack varado en Moscú forzado a cooperar con su padre. La peli debió haber
tenido un presupuesto tremendo porque en sólo una escena de acción,
probablemente la más larga e importante, los McClane arrasan con fácil 100
carros, incluidos Lamborginis y otros carros de lujo, lo que tengo que
confesar, me dolió. A pesar de acabar con carros perfectamente buenos la peli
cumple su propósito que es entretener y dejar muy claro quienes son los malos y
los buenos a base de golpes y explosiones. Le doy “vela en el cine” porque la
franquicia de “Die Hard” se ha mantenido a través de los años y sus seguidores,
en su mayoría hombres, son fieles, así que aunque predecible, la franquicia
sigue entreteniendo. Después de todo, ¿quién soy yo para criticar a John McClane que nos ha salvado de multiples terroristas?
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